SALVADOR PADILLA
BERNARDO ARAUJO
CESAR JOSÉ VENEGAS
LUIS ¿QUÉ?
AQUI LES DEJO FOTOS Y POEMAS.
CUANDO LOS LOCOS YA NO SE CREAN NAPOLEÓN
Escupo sobre mi disfraz de desempleado,
Sin torear al aburrimiento y la melancolía
lo hago por el tedio que engolosina mi paciencia.
Alejandra tiene una cruda espantosa,
la pondremos a mojar para ablandarla,
veremos televisión mientras
con besos sanemos la impaciencia
y la mediocridad de no entendernos.
Juntaré los dedos como hacen los charlatanes,
para invocar la milagrosa aparición de un gemido
prolongado, de la misma forma en que
las nubes se precipitan para eyacular
sobre el resguardo de una tarde.
Escupo bajo una escalera
y hago un croquis falso
de lo que no podría ser
mi estancia sin ti.
Alejandra tiene una cruda espantosa
pondré a freír verdura,
prometeré ahorrar más de cien pesos,
le diré esas cosas en el oído
mientras veamos en el televisor
un show añejo y cómico
¿Cuándo te irás?,
cuando los locos
ya no se crean Napoleón.
PETICIONES, EXIGENCIAS, DETERMINACIONES
Ton’s qué.
Me pides que deje colgadas las ganas de ser actor porno.
Los meses impúdicos donde anunció con cinismo mi afición
por las caguamas y el billar sin reglas.
Que me peine el pelo con una peineta de tu pinche tío el peluquero
que me ponga horas extremas a estudiar piedras preciosas
y ciudades de gente a la viaje moda del taparrabo y el penacho.
Que los versos sean verdes con florecitas y acantilados,
que un culo abierto no vale los minutos sagradísimos de tu lección,
que baile el nuevo tex-mex para purgar la exquisita
tersura de Bet Gibons.
Me pides que tomé la misma ruta de tus zapatitos de a mil,
que del brazo te acompañe,
que de besito diga adiós,
que con el meñique abra la portezuela del taxi,
que te deje comer primero de mi extra extra barquillo de pistache.
Me pides elimine de mi inventario muscular los kilos abundantes de grasa,
que mande al caño los rizados pelos de mi cara.
Que trabaje más de un mes,
para por lo menos vestirme como los bonitos muchachos
que estudian arquitectura y miden con el barómetro
las construcciones chuecas de su pervertida ilusión de
bajarte la tanguita.
si me prestas cien varos,
si te pones en ángulo recto,
si tú pagas los boletos,
si tú descorchas los finos vinos,
si tú me dictas las estrofas,
si tú lanzas los dados,
yo barajo las cartas,
y armamos el cotorreo.
Ton’s qué.
ANUNCIO
Estoy tan amargo de esta paz
que colgué un anuncio en la ventana:
“se solicita una guerra:
mala presentación,
dolores de cabeza,
aptitudes para desclavar
de la mesa de disección
la ganga magnifica que no fue la vida”
como estaba llorando no abrí
la puerta rápido,
cuando abrí,
la mujer en la banqueta, con el cartel en la mano,
me dijo: ¿es aquí dónde solicitan una güera?
Entonces mi vida cobro sentido
y se llenó de emoción.
La novedad del día de siempre
no vendrá envuelta en sábanas
de cortesana alguna,
pero el dolor de mal dormir
seguirá a pesar de aspirinas sofisticadas
y programas aburridos
de televisión por cable.
No alcanza el insomnio
para rellenar los falso-verdadero
de la prueba de miedos que has deslizado
por debajo de la puerta de mi inercia.
Una gota de aburrida palabrería,
derrotada, es verdad,
por la sencillez de la honesta lujuria
y en una frase doliente
que no termina jamás
porque ha sido dicha con la boca cerrada.
Te deseo con mi erección
de oficinas aulas transportes,
con temblores cuando me acuerdo y babeo.
Mal vendría ahora un sermón
por eso no tiemblo más
y apuesto por reafirmar: te deseo.
VERSOS PARA UNA MUJER QUE AGITÓ SU CUERPO CASI JUNTO AL MIO
Fue honesta cuando dijo,
con las manos formando una caverna:
me cae muy bien este viejo.
Le hacía un gesto para no perder su aplauso.
¿Habrá artefactos dentro de su cuerpo,
mangueras de hule, agujas, suero?
¿Qué importa un ridículo
deseo pedido al cometa fugaz,
cuando la fragilidad de ambos se detiene
bajo la almohada de la cama del hospital?
Ella esta en coma,
ella está sepultada,
ella ha donado sus órganos.
El noticiero de las dos de la tarde me lo dijo,
no fueron los amigos, no el teléfono,
el noticiero de las dos de la tarde
mientras tiraba a la basura una pieza de pan dulce
que las hormigas no terminaron de comer.
¿Cómo esperan que la visite,
cómo esperan que asista al funeral?
Es imposible llorarla
después de que sus nalgas hincharon
la habitación donde el truco del ilusionista fracasó
y en verdad bailamos.
A las cuatro de la mañana
no atino a poner sobre este papel un punto final
y lo guardo aquí para que lo pongas después (.)